viernes, diciembre 6, 2024

Crecen las denuncias de robos en fincas agropecuarias

La inseguridad en las zonas rurales del norte del país ha alcanzado niveles alarmantes, según denuncia la Asociación de Productores Agrícolas del Norte (Apronor). Los agricultores enfrentan una creciente ola de robos en sus propiedades, especialmente en galpones, lo que ha generado una fuerte sensación de impotencia y preocupación en el sector.

Apronor señala que el “robo a galpones” se ha vuelto una práctica común, afectando a casi todos los productores de la región. Los delincuentes sustraen productos fitosanitarios, repuestos y herramientas esenciales para el trabajo agrícola, provocando pérdidas económicas significativas para los trabajadores del campo.

A pesar de que los productores han presentado numerosas denuncias y mantenido reuniones con autoridades de seguridad, no se ha logrado esclarecer ningún caso. Esta situación provoca frustración entre los afectados, quienes sienten que las instituciones encargadas de protegerlos no están respondiendo de manera efectiva.

Desde Apronor explican que uno de los principales obstáculos es la falta de seguimiento adecuado en las causas judiciales. Muchas denuncias son archivadas bajo el pretexto de “economía procesal”, lo que impide el avance de las investigaciones. Además, las fuerzas policiales se enfrentan a la reticencia del poder judicial para otorgar permisos necesarios para realizar allanamientos en propiedades sospechosas.

En los últimos meses, la situación se ha agravado debido a la expansión de bandas delictivas a provincias vecinas como Santiago del Estero. Esto complica aún más la situación, ya que las autoridades policiales locales no pueden intervenir fuera de su jurisdicción. A pesar de las solicitudes de colaboración, las autoridades de la vecina provincia no han actuado, permitiendo que los delincuentes operen con total impunidad.

La sofisticación de los robos también ha aumentado. Los ladrones han aprendido a burlar alarmas y cámaras de seguridad, y ahora emplean tácticas avanzadas, como dopar a los perros guardianes, dificultando aún más la protección de los bienes agrícolas.

Ante esta preocupante situación, los productores reclaman una respuesta urgente de las autoridades. “Realizamos nuestra actividad con enorme vocación, pero se hace cada vez más difícil trabajar en el ámbito rural”, afirman.

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