Autos arrastrados por la corriente, calles transformadas en ríos, viviendas inundadas y canales desbordados. Ese fue el escenario que dejó la feroz tormenta que golpeó Tucumán el sábado por la mañana, pese a la alerta meteorológica vigente desde el jueves por la noche.
Las imágenes de caos y desesperación se replicaron en San Miguel de Tucumán y otras localidades, evidenciando la magnitud de un fenómeno climático que superó todas las previsiones.
El observador meteorológico Cristofer Brito advirtió sobre la gravedad del evento: «El promedio histórico de lluvia para todo marzo en San Miguel de Tucumán es de 134 milímetros, pero en algunas zonas ya se superaron los 130 milímetros en pocas horas». Este volumen de precipitaciones desbordó los sistemas de drenaje y dejó al descubierto las deficiencias en la infraestructura urbana.
El Sistema Meteorológico Nacional (SMN) mantiene a Tucumán bajo alerta naranja por tormentas fuertes, algunas de ellas severas. Se pronostican más lluvias intensas en cortos períodos, con fuerte actividad eléctrica, posible caída de granizo y ráfagas de viento que podrían superar los 80 km/h.
Ante la crítica situación, el gobierno provincial activó el Comité de Emergencia para monitorear en tiempo real el avance del temporal. El gobernador Osvaldo Jaldo ordenó a sus ministros seguir de cerca la evolución de las lluvias y coordinar acciones urgentes para asistir a las familias afectadas