Vecinos del barrio Villa Belgrano y trabajadores de delivery tuvieron un feroz enfrentamiento el martes cerca de la medianoche debido al robo de una motocicleta. Los vecinos repelieron a pedradas a un grupo de cadetes que hicieron una falsa denuncia sobre un tiroteo, mintiendo que un compañero había recibido un balazo en el pecho para acelerar la respuesta de la Policía.
Según el comisario Diego Bernachi, todo empezó cuando a un joven repartidor le robaron su motocicleta en el garaje de su casa al mediodía, justo cuando estaba por salir a trabajar. La víctima hizo la denuncia en la comisaría 3ª, y horas más tarde, los presuntos ladrones se pusieron en contacto para pedirle dinero a cambio de devolverle la moto.
El joven avisó a sus colegas, quienes comenzaron una investigación por su cuenta y descubrieron que la moto estaba en una casa en el cruce de las calles Constitución y Rondeau. Esa misma noche, los repartidores se reunieron en ese lugar con la idea de recuperar el vehículo, sin acceder a la extorsión de los delincuentes.
Cuando llegaron, fueron agredidos por los vecinos y, al no poder ingresar al domicilio, realizaron una falsa denuncia para que interviniera la Policía. Llamaron al 911 bajo el nombre de Ramón Jiménez para decir que un joven de 25 años había recibido un disparo en el pecho durante un robo, solicitando una ambulancia.
El Sistema de Emergencias 911 envió a un grupo de motoristas y un equipo de la Brigada de Investigaciones de la Policía, liderados por el comisario Bernachi. Al llegar, se encontraron en medio de una pelea entre cadetes y vecinos de Villa Belgrano, sin ningún herido de bala.
Testigos dijeron que el incidente comenzó cuando los motoqueros intentaron ingresar a la vivienda donde creían que estaba la moto robada. Esto provocó una discusión con un grupo de vecinos que los recibieron a pedradas. La situación se prolongó hasta que llegó la Policía para calmar la tensión.
Después de una hora y media, la Policía ingresó al domicilio señalado por los repartidores, pero no encontraron la motocicleta. Con esto, frenaron el enfrentamiento y dispersaron a los cadetes. El caso del robo de la motocicleta quedó en manos de la Fiscalía de Robos y Hurtos de Feria, subrogada por Mariana Rivadeneira.
Aunque los investigadores no encontraron la moto, algunos vecinos no descartan que esté en alguna de las casas del barrio o que ya haya sido desarmada. Los pocos que hablaron dijeron que el barrio es “tierra de nadie”, pese a la presencia policial, y prefirieron no revelar su identidad por miedo a represalias.
La actitud de los repartidores no es nueva, ya que en varias oportunidades han optado por hacer justicia por su cuenta para recuperar motos robadas mientras trabajan. Han investigado por su cuenta y confrontado a los ladrones para recuperar desde motocicletas hasta celulares. A pesar de los riesgos, los repartidores dicen que han optado por esta solución ante la falta de respuesta del Gobierno respecto a la inseguridad que enfrentan en su trabajo diario.