Casio, la empresa japonesa conocida por sus calculadoras y relojes, se metió en el mercado de las mascotas robóticas (de cierta masividad en Japón) con Moflin, un peluche con inteligencia artificial integrada, diseñado para formar vínculos emocionales con sus dueños. Este robot, parecido a un roedor, responde a la voz, a las caricias y reconoce a su dueño a través de comandos específicos.
Una de las características destacadas de esta mascota artificial es que desarrolla su personalidad con el uso. Después de un mes, se vuelve más activa y vocal, y responde con movimientos y sonidos parecidos a maullidos. Su sistema de inteligencia artificial combina más de 4 millones de posibilidades entre audio y movimiento para crear respuestas únicas a los estímulos.
El estado de ánimo de Moflin mejora con la interacción afectuosa y decae cuando se lo descuida o asusta. Para mantener su «salud», cuenta con una base de carga con forma de casa donde «duerme» y recupera energía. De esta manera, los usuarios pueden monitorear las emociones de su mascota a través de una aplicación móvil.
Una ventaja que tiene frente a los animales domésticos es que no produce alergias, por lo que es una opción para personas que aman a los animales pero no pueden tenerlos por razones de salud. El dispositivo, disponible en gris y beige, tiene un precio de 59.400 yenes (395 dólares) y ofrece una membresía anual opcional con descuentos para reparaciones y mantenimiento del pelaje.
El proyecto originalmente fue lanzado en 2020 en Kickstarter (un sitio de financiamiento colectivo de ideas) por Vanguard Industries Inc. pero se enfrentó con problemas en la cadena de suministro durante la pandemia. Este año fue relanzado con el gigante Casio a cargo de la producción y ya se agotó el primer lote ofrecido en preventa, con envíos programados para este mes, noviembre de 2024.
Este nuevo producto se enmarca en tres tendencias, que se destacan principalmente en Japón: el creciente mercado del cuidado de la salud mental, la popularidad de los peluches entre adultos y el interés por la interacción entre humanos y robots. A diferencia de los chatbots que buscan vínculos intelectuales, Moflin ofrece una compañía simple, orientada a reducir el estrés y la ansiedad.