El escándalo sacudió los cimientos de Yerba Buena y dejó a toda una comunidad en estado de conmoción. Juan José Sáez, de 36 años, entrenador de fútbol de adolescentes, fue detenido acusado de grooming —acoso digital a menores— y podría enfrentar además cargos por abuso sexual.
“Es incomprensible que haya una persona capaz de hacer algo así. Son monstruos disfrazados de ángeles”, expresó con dolor Luisa de García, madre de uno de los chicos involucrados, reflejando el sentimiento de horror que domina entre los vecinos.
El caso salió a la luz casi por casualidad. Todo comenzó el lunes, cuando el padre de un adolescente descubrió los mensajes que el entrenador enviaba a su hijo. Alarmado por el contenido, el hombre decidió hacerse pasar por el menor para obtener pruebas y acordó un encuentro con el sospechoso en Yerba Buena.
Antes de asistir, alertó a otros padres de los chicos del grupo, quienes se sumaron para enfrentar al entrenador. Al llegar al punto pactado, Sáez fue increpado y logró huir en medio de los empujones, dejando su teléfono celular, que resultó ser clave para la investigación.
Al revisar el dispositivo, los padres encontraron nuevos indicios de acoso hacia otros adolescentes. Esa misma noche, una de las madres formalizó la denuncia, lo que dio inicio a una investigación judicial que no deja de crecer.
Las autoridades confirmaron que se están analizando los mensajes, imágenes y contactos del teléfono para determinar si hubo más víctimas. En tanto, los vecinos y padres del club exigen mayor control y protocolos más estrictos para quienes trabajan con menores en espacios deportivos informales.
Yerba Buena, conmocionada, aún intenta asimilar lo ocurrido. Lo que parecía una actividad sana y formativa se transformó en una pesadilla que dejó al descubierto los riesgos del abuso de confianza y la falta de vigilancia en entornos donde los chicos deberían sentirse seguros.

